Paul Calver. Founder Wellbeing Strategist

Helping founders 🚀 their performance by optimising their wellbeing and automating their workflows | Sleep Advocate | Workflow Optimisations & Automations using AI Tools | Sleep, Stress & Nutrition Coach | iOS Engineer

Most professionals over 40/50 are more tired, wired and distracted than they expected to be.

I help them change that.

As a 57‑year‑old trainer, certified health coach and iOS developer, I work on one problem from two angles:

• Coaching: 
Helping 40/50+ professionals improve energy, sleep and strength with simple, evidence‑based habits.

• Product: 
Building humane apps like Sunlock (sunlight before screenlight) and PRSNT (presence on demand) that protect focus instead of stealing it.

Across both, the goal is the same: protect the health, attention and performance of people in the second half of life, using the philosophy of “fundamentals over fads”.

Founder, Coach and Developer

Upgrading the Wellness Operating Systems of individuals and companies 😉
Sleep, Stress Management and Nutrition coaching.

1:1 Wellness Coaching, Group Coaching, Sleep Coaching, Wellness Webinars, Lunch & Learns, Employee Wellness Programme Consulting

Paul Calver

EARA | European Alliance for Regenerative Agriculture

Director of Operations and Finance at EARA (European Alliance for Regenerative Agriculture)

Bart te Nijenhuis

Strategy and Business Consultant

adidas

Director Of Business Development (Internal Consultant)

Director of Finance

Head Of Financial Planning

Pepe Jeans London

Financial Controller

Nike

Business Controller

Atradius

Finan

Director of Operations and Finance at EARA (European Alliance for Regenerative Agriculture)
Healthy soils, healthy plants, healthy animals, healthy people, healthy economy, healthy planet.

Yes you can have it all.

I believe culture and nature, purpose and profit, ecology and economy and growth and regeneration are not zero-sum games. 
Working with nature instead of working against it.

Always willing to talk to open-minded people so if you’re one of them reach out.

Precision Nutrition certified nutrition, health and sleep, stress & recovery coach in my spare time.

El bienestar laboral auténtico nace cuando conectamos con lo que nos da energía y sentido, no cuando solo intentamos desconectar.

Founder @ Cima72 | Director of Operations and Finance at EARA (European Alliance for Regenerative Agriculture) | Ex-CFO adidas Iberia.

El verdadero bienestar laboral no se trata de desconectar de lo que no te gusta, sino de conectar con lo que te da energia.

No se trata de tener cestas de fruta, píldoras de salud en la intranet o un rincón de meditación.

El bienestar laboral auténtico es poder conectar con aquello que te da energía,
con lo que haces bien,
con lo que te sale de forma natural.

No se trata de trabajar menos, sino de trabajar más en lo que te llena.

Cuando una persona puede desarrollar sus talentos innatos, su Working Genius, todos ganan: la persona, el equipo y la organización.

Porque el bienestar laboral verdadero impulsa directamente el rendimiento y mejora los resultados empresariales.

Entonces, te pregunto:
¿Qué estás haciendo tú (o tu empresa) para fomentar el verdadero bienestar laboral?

Las ideas inspiran, pero la tenacidad es lo que las vuelve realidad. Imprescindible en cualquier equipo.

La tenacidad rara vez es la protagonista en las reuniones, pero siempre es la que saca los partidos adelante.

Muchos equipos empiezan con grandes ideas. Sueñan, analizan, planean. Pero hay una etapa donde el entusiasmo se desvanece y queda trabajo real por hacer.

Ahi entra el Working Genius de Tenacidad.

Estas personas no brillan por lanzar ideas nuevas cada semana. Tampoco buscan el aplauso por su creatividad. Su talento es otro: hacen que las cosas pasen.

No se cansan de tachar tareas de la lista. Se motivan cuando ven el progreso, aunque sea lento. Y si el equipo empieza a perder la energía, ellos siguen, empujando hasta que el proyecto cruza la línea final.

Gracias a la tenacidad, lo que era solo un plan termina siendo una nueva realidad.

El trabajo de estas personas puede parecer poco glamuroso, pero es absolutamente esencial. Son quienes convierten visiones en resultados y evitan que los sueños se queden en palabras bonitas.

No subestimemos a quienes disfrutan del "trabajo duro" y del día a día. Son el motor silencioso que lleva al equipo a la meta, una tarea a la vez.

¿Quién es tu persona tenaz en el equipo? Esa que siempre cumple y nunca suelta la cuerda.

Seguro has visto equipos que trabajan sin parar, pero al final del día, nadie sabe muy bien qué lograron. Mucha actividad, pero poca dirección.

Eso pasa cuando falta un Mapa de Equipo.

Es una herramienta simple y muy clara que muestra, quién forma el equipo, cuáles son las fortalezas individuales y cómo encaja cada quien en el conjunto. No se trata de poner etiquetas ni de llenar cuestionarios eternos. Se trata de entender, de verdad, con quién cuentas y para qué.

¿Y qué pierden los equipos que no conocen su mapa?

Pierden claridad. Todo se vuelve más lento porque nadie está seguro de qué esperar del otro.
Pierden energía. Personas que podrían brillar se quedan frustradas porque no juegan en su mejor posición.
Pierden oportunidades. A veces, la idea innovadora ya estaba en el equipo, pero nunca llegó a la mesa.
Pierden confianza. Los errores y los malentendidos empiezan a pesar más que los logros.

Un equipo sin Mapa es como una banda de música tocando sin saber qué papel tiene cada uno. Hay talento, pero el sonido no cuadra. Todo se siente forzado.

En cambio, cuando el equipo ve su mapa, cambia todo:

- Se identifican los espacios que faltaban y los talentos ocultos.
- Se reparten mejor las tareas y las responsabilidades.
- El ambiente se relaja, porque todos saben que están siendo valorados por lo que realmente aportan.
- El trabajo se vuelve más ágil y los resultados empiezan a notarse rápido.

No importa el tamaño del equipo o el sector en el que trabajes. Un Mapa de Equipo pone las reglas claras y saca lo mejor de cada persona. Así es como se construyen equipos que disfrutan, confían y logran más juntos.

¿Ya sabes quién juega en tu equipo y en qué posición rinde mejor?

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El rendimiento se dispara cuando cada persona juega en la posición donde realmente brilla.

¿Alguna vez has visto a un delantero tratando de defender la portería?  
En el fútbol se nota rápido quién está fuera de lugar. En las empresas, muchas veces no.

El costo de tener a alguien en el puesto equivocado no aparece en el balance general, pero se siente cada día:
- Proyectos frenados.
- Mal ambiente.
- Personas agotadas y poco motivadas.

No es que falte talento. Falta alineación.

Cuando alguien juega fuera de posición, todo se hace más difícil. Los resultados se ralentizan, el equipo pierde energía y surgen los famosos “problemas de comunicación”.

Es como pedirle a un pez que trepe un árbol.  
Sufre él. Sufre el equipo. Sufre la empresa.

Lo curioso es que muchos líderes ven el bajo rendimiento y piensan en más control, más KPIs, más reuniones... pero rara vez se preguntan:  
¿Está esta persona en su posición óptima?

Cuando cada uno aporta desde su verdadero genio y zona de energía, todo cambia:
- El trabajo suma, no resta.
- Las personas se contagian entusiasmo.
- El equipo empieza a ganar partidos que antes ni jugaba.

No necesitas más entrenamientos intensivos ni discursos motivacionales.  
Solo alinear el talento con la posición correcta.

¿Están tus jugadores donde realmente brillan?  
Vale la pena averiguarlo.

Pensar no es perder el tiempo. 

Pensar es la cuna del cambio.

El Working Genius de Pensamiento no es perder el tiempo. 
Es donde empieza todo lo grande.

Si tu equipo solo corre sin preguntarse “¿por qué?”, probablemente termina en el mismo sitio de siempre.

El genio de Pensamiento en Working Genius no está soñando despierto, está viendo oportunidades que nadie más ve. 

Sin Pensamiento, solo hay acción vacía.

En equipos donde no se valora este genio, lo urgente gana. 
Se hacen mil cosas... pero se olvida lo esencial.

Quieres resultados de verdad? 
Empieza por darle espacio al Pensamiento.

¿Tu equipo se atreve a parar y ver lo que otros ignoran?

Antes de exigir más ideas, más energía o más compromiso, toca asegurar estabilidad. 

Sin seguridad, cualquier otra inversión es ruido.

Muchas empresas hablan sobre bienestar laboral, pero pocas empiezan por el lugar más básico: la seguridad.

No hablo de un contrato indefinido o la promesa de un futuro asegurado. Hablo de algo más simple, pero igual de poderoso: sentir que hoy, tu esfuerzo cuenta, y que no tienes que mirar por encima del hombro cada mañana para ver si sigues en la lista.

Cuando una persona siente que su puesto puede desaparecer en cualquier momento, todo lo demás pasa a segundo plano. No hay programas de wellness ni incentivos que compensen la incertidumbre diaria. Y no se trata solo del miedo a un despido, sino de la sensación de que todo puede cambiar de un día para otro, sin aviso, sin importar lo que haces.

La psicología lo tiene claro desde hace décadas. Maslow ya lo dibujó: nadie puede construir, crecer o innovar si primero no tiene cubiertos los cimientos, y la seguridad es de los primeros ladrillos. Sin eso, el talento se esconde, la colaboración se paraliza y la energía se gasta simplemente en sobrevivir.

¿Quieres equipos creativos, motivados y de alto rendimiento? Empieza asegurando que las personas sepan que su trabajo de hoy vale para el mañana. Que el esfuerzo, la dedicación y el compromiso tienen futuro.

Puede sonar básico, pero la seguridad psicológica es el mayor acelerador de bienestar y resultados a largo plazo. Sin ella, todo lo demás son parches.

¿Tu equipo se siente seguro? Si la respuesta es sí, ahí empieza el bienestar real.

Los equipos fuertes no solo crean ideas: saben cuáles NO perseguir. 
El discernimiento es un superpoder silencioso.

El talento más subestimado en cualquier equipo no es el que trae más ideas, es el que sabe cuándo una idea no vale la pena.

Es el Working Genius de Discernimiento.

No hacen ruido, no buscan atención, y a veces parecen los "aguafiestas". Pero son los que usan intuición y juicio crítico para aterrizar lo que otros solo sueñan.

Son ese radar silencioso que te ahorra tiempo, dinero y frustraciones. No se enamoran de lo brillante, se enfocan en lo que realmente puede funcionar.

Si no tienes a alguien así en tu equipo, te vas a perder en muchas buenas intenciones que no llevan a nada.

Escucha a los que saben discernir. Son los que suelen salvar al equipo de perseguir fantasías y lo empujan hacia resultados reales.

¿Ya tienes a tu "radar" en el equipo?

A veces lo que desbloquea un equipo no es una gran estrategia, sino alguien que mueve la energía y activa la acción.

Hay algo que suele pasarse por alto en los equipos: la importancia real del genio de la Influencia.

Puedes tener grandes estrategas, expertos en análisis y personas capaces de transformar procesos, pero si nadie impulsa la acción y motiva a los demás, las ideas se quedan en el papel.

El genio de la Influencia no es solo "convencer a otros". Es mover la energía del grupo, animar a dar el siguiente paso, mantener el ánimo cuando el proyecto pierde fuerza y recordar a todos la meta común.

Muchos equipos se atascan porque nadie asume ese rol. Se habla y se planifica mucho, pero falta esa persona capaz de decir "esto lo vale, vamos a por ello", y que pone en marcha las acciones cuando surge el bloqueo o la duda.

He visto cómo, cuando aparece una persona con este genio, cambia la dinámica entera. Los proyectos se destraban. Las reuniones son más breves y enfocadas. Y, sobre todo, la sensación de avance es real, porque hay alguien que genera confianza y compromiso en el equipo.

No hace falta tener el título de líder. Basta con activar tu genio de la Influencia y atreverte a provocar movimiento.

La próxima vez que notes que tu equipo se estanca, pregúntate: ¿quién está usando su genio de la Influencia aquí? Si nadie lo hace, quizá ese momento sea para que seas tú.

No subestimes ese rol. Es la diferencia entre un equipo que sueña y un equipo que realmente avanza.

Implementar sin facilitación es solo checklist. 

Lo que de verdad transforma es el toque humano.

Todos piensan que en los equipos lo importante es tener buenas ideas o mucho talento.

Pero casi nadie habla del auténtico superpoder: la Facilitación.

En la metodología Working Genius, la Facilitación es ese don que permite que las cosas pasen de verdad. No es solo ser amable o tener mano izquierda. Es saber transformar la energía de un grupo en acción concreta, sin dejar a nadie atrás.

Seguro conoces a esa persona en el equipo:
Siempre sumando sin buscar protagonismo
Escuchando a todos antes de proponer el siguiente paso
Detectando tensiones y suavizando el ambiente
Llevando las reuniones a conclusiones y acciones, no solo a promesas

La Facilitación es mucho más que ser simpático. Es convertir buenas intenciones en resultados. Es cuidar el lado humano sin perder de vista el avance real.

Sin esta pieza, los equipos se quedan atrapados en la teoría o repitiendo conversaciones. Con ella, los proyectos avanzan y la gente disfruta trabajando junta.

No es magia, es un Working Genius real.
Y casi nunca se reconoce lo suficiente.

Si tienes una persona así cerca, díselo hoy. Porque sin Facilitación, ningún equipo llega lejos.

¿Tienes a alguien en mente? Me encantaría saber cómo lo reconoces.

Qué potente recordar cómo cambia todo cuando trabajamos desde lo que nos sale natural. 

La energía y el rendimiento se disparan.

Hace años, cuando trabajaba en Adidas como Director Financiero, viví dos etapas completamente distintas... en el mismo puesto.

En una, luchaba cada día. 
Me costaba avanzar, me sentía drenado, y aunque el trabajo salía adelante, el precio energético era altísimo. 
Pasaba la mayor parte del tiempo enfrentándome a mis frustraciones de trabajo: tareas que no me salían de manera natural, que exigían esfuerzo constante y poca satisfacción.

Y luego, con otro manager, todo cambió.
El trabajo era el mismo, pero pude usar mis “genios de trabajo”: Reestructurar el departamento, diseñar herramientas de reporting, hacer previsiones de ventas sin el freno de mano puesto… En definitiva, hacer lo que me sale de forma natural: cuestionar, idear, generar soluciones.
Trabajando de esta manera el día volaba y se me hacia corto.

Esa experiencia me enseñó algo esencial:

Aplicar tu Working Genius no significa cambiar de trabajo.
Significa encontrar la proporción adecuada dentro de tu rol actual que te permita dedicar más tiempo a aquello que haces de manera natural y con energía.

Te invito a reflexionar:

¿Cuánto de tu tiempo lo dedicas a tus frustraciones de trabajo?
¿Y cuánto a tus genios de trabajo?

Cuando tú y tu equipo lográis pasar más tiempo en ese espacio de genialidad, la energía crece, el rendimiento mejora y los resultados llegan casi de forma inevitable.

Descubre tu genio, aplícalo más… y verás cómo cambia todo.

Imposible construir equipos fuertes sin estos fundamentos.

Cuando están presentes, la energía y los resultados se vuelven inevitables.

¿Quieres equipos con energía real y resultados sostenibles? 
No hay receta mágica, pero sí hay tres pilares que nunca fallan.

Pilar 1: Seguridad psicológica 
Todo empieza aquí. 
Si las personas no se sienten seguras, no pueden crecer, ni aportar, ni innovar. 
Es la base de la pirámide de Maslow, pero muchas empresas lo olvidan. 
Sin seguridad, el resto no tiene sentido.

Pilar 2: Usar tus talentos innatos 
Cada persona tiene una forma única de aportar valor y energia. 
Cuando el trabajo conecta con los talentos genuinos (como explica la metodología de los 6 Working Genius), los resultados llegan solos y la gente se siente parte de algo importante. 
No se trata solo de cumplir tareas, sino de potenciar lo que a cada le llena.

Pilar 3: Hábitos de salud sostenibles 
El alto rendimiento no depende solo del esfuerzo, sino de los hábitos. 
Y la salud no es solo la báscula o la dieta del mes, sino todo: nutrición, gestión del estrés, relaciones personales, sueño, movimiento diario... 
Aquí el método de Precision Nutrition lo deja claro: los pequeños hábitos, sostenibles y realistas, son los que mantienen la energía año tras año.

No hay atajos. 
Estos tres pilares son la diferencia entre un equipo que sobrevive y uno que realmente avanza.

¿Tu empresa ya los está aplicando?

Las ideas que transforman no suelen ser cómodas ni “sensatas”. 

Son las que obligan a los equipos a contemplar lo imposible para llegar a lo maximo posible.

La creatividad incómoda es la que realmente importa. Nadie innova siendo “prudente”.

Las mejores ideas arrancan siendo demasiado extrañas para la mayoría.

La mayoría de los equipos matan esas ideas antes de dejarlas crecer. “Eso es muy loco”, “no va a funcionar”, “mejor mantengamos lo seguro”.

¿El resultado? Nada cambia. Todo sigue igual.

Si quieres algo diferente, necesitas gente capaz de pensar sin miedo al ridículo. Necesitas valorar a quien se atreve a proponer lo que otros no se atreven ni a imaginar.

La próxima vez que surja una idea rara en tu equipo, no la frenes.

Dale espacio. Haz preguntas. Juega con ella.

Porque solo así llegas a ese salto que los demás no ven.

La innovación no es cómoda. Es arriesgada, es incómoda y es, casi siempre, un poco loca.

¿Te atreves a dejar entrar la locura en tu equipo?

Lo que te agota, te apaga.

El hecho que sabes hacer algo muy bien no significa que eso no te puede drenar.

La energía lo potencia todo; si falta, nada ni nadie llega a su máximo.

Just because someone is good at something doesn’t mean they should keep doing it.

Too often we assign people work they can do, even when it drains them, because we mistake competence for joy. We say, “You’re great at this,” thinking it’s a compliment. But over time that well-intentioned praise can lead to burnout.

Healthy teams don’t just honor what people are good at. They honor what gives people life.

As leaders, one of the best things we can do is notice when a person’s strength is starting to drain them and help them move toward work that gives them energy again.

Learn why in Working Genius Podcast Episode 98: Working Frustrations.
https://lnkd.in/g-Ah3TDx

Difícil hablar de alto rendimiento si seguimos premiando el cansancio.

Hasta que no cambiemos lo que celebramos, seguiremos confundiendo desgaste con verdadero progreso.

¿De verdad sigues creyendo que el éxito de tu equipo se mide en horas trabajadas?

Cada vez que veo a una empresa celebrando a su "más ocupado" me acuerdo del mito del trabajo duro.  
No es quien más se desgasta, es quien más avanza.

He visto equipos quemados de tanto correr en círculos.  
Todos ocupados, pocos efectivos.

El trabajo no es una carrera de resistencia, es una competencia de impacto.

El empleado que más horas mete rara vez es el que mueve la aguja.  
¿Para qué sirve apagar incendios todo el día si nunca resuelves la causa?  
¿De qué te sirve llenar tu agenda si no tienes energía para pensar?

Esto va en serio:  
- El agotamiento no es señal de compromiso, es advertencia de que algo está mal.  
- Los mejores equipos no corren más, eligen mejor dónde gastar su energía.

Si quieres que tu organización gane, cambia lo que celebras.  
Deja de aplaudir jornadas maratónicas. Celebra los objetivos claros, la energía bien invertida y la inteligencia en las decisiones.

El verdadero alto rendimiento no deja cadáveres en el camino.  
Deja equipos fuertes, motivados y orgullosos de lo que lograron.

¿Cuánto tiempo más vas a seguir premiando el cansancio en vez del avance?

El agotamiento nace de la desalineación. Cuando las personas trabajan desde su energía natural, no solo aguantan... despegan.

¿Evitar el burnout… trabajando más?

Suena contradictorio, pero es una de las verdades más ignoradas sobre el rendimiento sostenible.

El burnout rara vez aparece porque hacemos demasiado.
Casi siempre surge porque hacemos demasiado de lo que nos drena y muy poco de lo que nos llena.

En equipos y líderes lo veo todo el tiempo:
- Cuando una persona dedica más tiempo a lo que le da energia, no solo evita el agotamiento. Empieza a florecer.
- Si puede usar sus fortalezas, su sentido de propósito sube.
- Cuando el trabajo y la motivación interna se alinean, el rendimiento no solo mejora, se dispara.

Prevenir el burnout no va de quitar tareas. Va de asignar mejor.

Menos tiempo en lo que te apaga.
Más tiempo en lo que te enciende.
Más autonomía.
Más sentido de contribución.
Más alineación.
Mejores resultados.

El burnout no se evita haciendo menos.

Se previene haciendo más de lo que te hace sentir vivo, valorado y comprometido.

Cuando la gente está encendida, las organizaciones ganan.

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